El aceite de oliva Carbonell tiene una de esas imágenes fáciles de identificar en el imaginario colectivo de la sociedad española gracias a su característica etiqueta en la aparece dibujada una gitana sentada delante de un olivo. Tal reconocimiento obtuvo que incluso fue copiada por otra marca de la competencia, lo que originó una larga disputa legal que terminó por ganar Carbonell. Pues bien, a pesar de ello, y en medio de la polémica en que se ha visto envuelto el grupo al que pertenece (el gigante aceitero Deoleo, del que otro día analizaremos su horroroso logotipo y nombre), la marca ha modificado su logotipo de forma importante. Lo primero que sorprende es el abandono del tradicional recuadro rojo con la parte superior ovalada en que se enmarcaba el nombre hasta ahora. Como parte de una apuesta por transmitir el mensaje de que el aceite de oliva contribuye a mantener una dieta saludable y adecuada para el corazón, la compañía ha optado por enmarcar su nombre en una especie de corazón achatado, que en su parte superior es rematado por un filo de color dorado en el que aparecen unos degradados cuando menos discutibles. También se ha modificado la tipografía (algo que ya se había hecho anteriormente), optando por una familia redondeada con remates muy marcados que rompe con la estética seguida hasta ahora. Además, se añade la fecha de fundación de la compañía para remarcar su carácter pionero, dato que hasta ahora aparecía en la etiqueta pero no en el logo.
Como suele suceder cuando se cambian marcas tan reconocidas, no hay término medio. O te gusta o te horroriza. Y parece que la opinión mayoritaria, al menos en el sector gráfico, es bastante negativa. Sirva como ejemplo este comentario que una usuaria colgó en la página de Facebook de Carbonell: «Es anticuado y un 90% parecido a otras marcas. Desde Nocilla, hasta Magi, pasando por Cofrusa, tomates Hida y no sé cuantas más». Sin ser tan agresivo, yo sí diría que el cambio tan agresivo no se justifica por el fin buscado. El mismo resultado podría haberse obtenido manteniendo las esencias de la marca intactas y modificando únicamente la estética de los envases, algo que también ha hecho Carbonell, aunque la adaptación de la nueva imagen a los envases tampoco ha sido especialmente acertada. Primero, porque al dar una importancia máxima a que queden claras las propiedades cardiosaludables del aceite se fuerza una modificación del logotipo y el que finalmente aparece no es exactamente el de la marca, sino una versión adaptada en la que desaparece la forma de corazón y se cambia la ubicación de la fecha de fundación de la empresa. El citado corazón aparece en primer plano, en un tamaño excesivo para mi gusto, y en su interior se ha incluido el tradicional dibujo de la gitana y el olivo, pero recortando a sangre de forma que se pierden bastantes elementos y pasa a ser algo accesorio en vez de principal, como hasta ahora. A continuación os dejo una imagen de las nuevas botellas y otra de las anteriores (que ya habían sido modificadas hace pocos años respecto a la imagen clásica, que es la que fue plagiada) para que podáis juzgar vosotros mismos.
Logos,logos&logos 